La escuela toma el número 234 del centro educativo que estaba ubicada en Shangrilá y que tuvo su última matrícula en el año 2009. Al esperado evento asistieron familiares, vecinos, autoridades de Primaria, Comisión de Fomento, policías, además de representantes de la comuna canaria.
Por la DGEIP estuvieron presentes la directora general Olga de las Heras; el sub director general Eduardo García Teske; la inspectora regional, Elsa Irigoyen; la inspectora departamental, Mónica García; la inspectora de zona, Lucía González; y la coordinadora de educación rural, Noemí Vizcailuz. También fue parte de la celebración la nutricionista Lorena Cohelo; la alcaldesa Nancy Poli y el concejal Julio Pérez.
Olga de las Heras, indicó que esto es una demostración de que todo se logra con esfuerzo y con iniciativa. Dedicó una palabras especiales a los niños que son los reales protagonistas de esta historia y que se mostraron felices por su nuevo lugar. “Los niños viven esta instancia con mucha alegría”, sostuvo. Agradeció especialmente al señor Emilio López, propietario de la casa donde se instaló la escuela que cumplió un rol muy importante para que se concretara este sueño. “Cada uno desde su lugar hace e hizo algo importante. Gracias por estar”, enfatizó la jerarca.
Eduardo García Teske, por su parte, expresó su alegría de poder compartir esta realidad que inicialmente parecía una utopía pero que entre todos se logró realizar. “Al inicio de este proceso debíamos ver dónde ubicar una escuela para una comunidad deseosa de tener su propio espacio. No fue fácil, pero hoy la felicidad es de ustedes, porque la escuela pública ahora tiene un lugar”, indicó. Y agradeció especialmente a la comisión de vecinos. “Esto permitió que ustedes sean partícipes de esta escuela”, contó, y agregó: “Hoy toman una tela en blanco y tienen que empezar a construir la historia de la escuela juntos, porque la escuela se hace con el apoyo de todos, no se hace sola”.
La directora del centro educativo, Lourdes Marcucci, quien viaja todos los días desde Solís de Mataojo, manifestó el agradecimiento a todos los involucrados que participaron del proceso para que esta escuela fuera una realidad. Muy emocionada expresó: "Han logrado abrir las puertas de un centro educativo hermoso, cálido y lleno de posibilidades. Lo que ha logrado hoy esta comunidad en conjunto con las autoridades es justamente la definición de escuela pública. La escuela se concretó gracias al trabajo conjunto entre los vecinos y las autoridades”.
Luego de algunas palabras de los vecinos e integrantes de la Comisión de Fomento que fueron parte fundamental para la concreción de la escuela rural en la zona, las autoridades entregaron un juego de pabellones patrios, además de una televisión, libros varios para comenzar con la biblioteca escolar, pelotas, un cuadro de José Pedro Varela y uno de José Artigas para ubicar en uno de los salones del nuevo centro escolar. A su vez, la Comisión de vecinos entregó un guayabo criollo donado por el vivero comunitario, un paltero donado por la huerta comunitaria, además de semillas para comenzar su propia siembra.
La escuela cuenta con cuatro salones, comedor, patio y juegos infantiles de madera. Además de un espacio que se acondicionará para otras actividades. Dos de las aulas funcionan en dos contenedores traídos del liceo de Casarino y acondicionados para esta escuela.
Los niños y familias expresaron su agradecimiento y felicidad por ver concretado el sueño de la escuela priopia. El acto cerró con un almuerzo compartido en el patio de la escuela al ritmo de los tambores y la música del grupo “Tambores del Candombe”.