Las escuelas participantes son la escuela Nº1 “Artigas”, la escuela Nº 9 “Cristóbal Colón”, la escuela Nº 44 “República de Italia” del barrio Fuente Oriente, la escuela N° 64, la escuela Nº 86, la escuela Nº111, la escuela Nº128 y las escuelas Nº124 y la N°154 de la ciudad de Tranqueras.
En total son parte de la experiencia más de 600 niños aproximadamente. La escuela con mayor número de inscriptos es la escuela N°1 con 100 niños. La mayoría cuentan con un estimado de entre 70 y 75 asistentes y las que cuentan con menos cupos son la N°9, N°86 y N°124 a las que concurren 50 estudiantes.
El proyecto de la escuela N°44 de la ciudad de Rivera, ubicada en el barrio Fuente Oriente, se denomina “Verano para crear, jugar y aprender”, que tiene como finalidad garantizar la continuidad educativa de los escolares, disminuir la inequidad en los sectores de mayor vulnerabilidad y promover el uso de herramientas y recursos tecnológicos desde una perspectiva educativa. Los ejes en los que trabaja son el promover y desarrollar hábitos saludables a través del deporte, higiene y convivencia pacífica. Se trabaja también en las competencias emocionales, estimular la creatividad e involucrar a las familias en los talleres. Además, la propuesta incluye actividades para ampliar la capacidad oral y escrita y la matemática. El objetivo es favorecer todo ese aprendizaje a través del juego. La maestra directora, Corina Duarte, contó que teniendo al juego como centro se busca generar ambientes estimulantes para acceder al conocimiento y a nuevas habilidades “descubriendo juegos tradicionales y también creando nuevos juegos con material reciclado que luego los niños usan en la misma jornada”. Explicó que las escuelas de verano para los niños y las familias son muy importantes y valiosas y expresó: “Este espacio permite vivenciar varias cosas, así como las actividades de piscina, inglés, salud bucal. Todo para ellos es fundamental ya que a veces no tienen la oportunidad de acceder. También esta experiencia permite estar con otros y aprender de la convivencia”. La asistencia a estos espacios, permite según ella, tener acceso a otro tipo de juegos que los alejen del mal uso de las pantallas. “Para mí como directora es una experiencia muy importante”, finalizó.
Por su parte, el proyecto de la escuela N°1 “Artigas”, tiene como eje un trabajo conjunto con los centros educativos N°105 y N°2, de cuyos radios de influencia se nutre la población escolar de las Escuelas de Verano. Como integrantes de la “Red Mandela”, ningún proyecto que se pretenda desarrollar puede desconocer la diversidad, expresa la propuesta, y es uno de los pilares fundamentales del trabajo. En este caso, el proyecto se enfoca en la educación física, el conocimiento, la conciencia social y el desarrollo personal; coordinadamente con educación musical, otro gran fuerte para el desarrollo integral. “En todos los niveles construiremos corporeidad y motricidad de los estudiantes”, señala el proyecto que tiene como director al maestro Diego Machado. “El desafío de la enseñanza del deporte en la escuela supone asegurar la participación de todos los niños, permitiendo desde su disponibilidad corporal afrontar los desafíos del juego y apropiarse de sus valores de intercambio y socialización”. Se agrega además, que la escuela puede contar con estudiantes de escuelas cercanas a la institución, lo que “promueve una convivencia y fomenta la formación del niño como ciudadano”, explica. Se trabaja en cinco ejes: comunicación, creativo artístico, técnico tecnológico, científico matemático y desarrollo personal y conciencia corporal. “El proyecto atiende a una población escolar entre 95 y 110 alumnos, desde una fuente multidisciplinar con un fuerte énfasis en lo artístico y en la educación física”, explica Machado. “El equipo docente tiene un elevado conocimiento de la población escolar atendida, que busca siempre que los estudiantes sean los personajes de las narrativas educativas construidas en el marco del enfoque competencial en el que se sustenta el proyecto”, aseguró.
Sobre el impacto de la experiencia, el director contó que por el momento la evaluación de impacto es muy positiva, los estudiantes se perciben motivados, alegres y hay participación activa y compromiso por parte de las familias. “Es un espacio de aprendizaje diferente, considerando a la escuela de verano como una oportunidad para que cada estudiante pueda aprender desde su singularidad”, finalizó.