Las actividades consistieron en una serie de mesas de diálogo abiertas en las que diferentes referentes abordaron temas como la regulación del trabajo en plataformas digitales, el vínculo con las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, y la historia del trabajo. La mesa de apertura estuvo a cargo de académicos de la Universidad de la República y la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) de Argentina, que compartieron claves teóricas para abordar el tema durante las distintas actividades.
Nicolás Marrero, docente del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio (SCEAM) , fue el primero en tomar la palabra. Destacó la importancia de abordar el trabajo y las tecnologías desde una perspectiva interdisciplinar, lo que se vincula con el objetivo de las jornadas, que buscan “enriquecer el debate conceptual, metodológico y empírico desde diversos ángulos». En ese sentido, hizo énfasis en la importancia de que la instancia convoque a otras y otros docentes e investigadores de otras disciplinas que permitan profundizar en el tema.
Además, planteó que al momento de impulsar el evento, pensaron que las transformaciones del trabajo hacia una «plataformización» y «uberización» no están solamente pensadas en una lógica de reparto, ya que el fenómeno comenzó a extenderse a otros sectores económicos y sociales.
La siguiente en presentar fue Noelia López, docente del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales, que planteó dividir el tema en tres grandes ejes: fenomenológico, ontológico e histórico y tecnológico. A partir de esos conceptos, la docente analizó cómo la aparición de las nuevas tecnologías cambian la percepción sobre el trabajo, que sigue siendo lo que le da valor a los productos.
En ese sentido, se refirió específicamente a los datos, que son la materia prima que las plataformas y sus algoritmos utilizan para su funcionamiento. «Hay que pensar la materialidad que contiene ese dato, todos los medios, herramientas y materia prima que existen para que hoy tenga esa importancia. La mercancía digital no es meramente digital, tiene un respaldo en una materialidad, la reconstrucción de la materialidad de este dato nos permite ver qué trabajo anterior tiene esta mercancía digital», argumentó.
Por la misma línea fue Alejandro Mariatti, doctor en Ciencias Sociales e integrante del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales, que en su exposición planteó que por medio del trabajo «se le cambia el valor original» a las materias primas. En ese sentido, indicó que es el trabajo el que genera el valor y la «plusvalía», concepto que utilizó para explicar que actualmente «estamos viviendo un nuevo proceso de organización del trabajo». Señaló que hay dos formas de aumentar la plusvalía: con más horas de trabajo o a través de una cantidad menor de trabajadores que generen un mayor número de productos.
El último orador fue Pablo Míguez, de la UNGS, que recordó que al principio de la década del 90 se discutía la idea de que la automatización pondría fin al trabajo. Sin embargo, aunque «siempre está en el horizonte del capital producir sin trabajo, todos sabemos que no se puede». El trabajo se transforma con el tiempo y los avances tecnológicos, pero no desaparece.
Con respecto al rol que ocupa la tecnología y las innovaciones, planteó que es necesario no encasillar todos los cambios en un único proceso de transformación, ya que existen categorías diferentes: automatización, robotización, digitalización y plataformización. «Son procesos distintos que nacieron en momentos distintos», afirmó.
Por un lado, la automatización es la «reducción de la intervención del hombre en los procesos productivos», mientras que la robotización es la introducción de robots que imitan la actividad humana en la producción. La digitalización es «la posibilidad técnica de convertir todo tipo de señales (sonidos, imágenes, información, datos, etcétera) en códigos formados por ceros y unos (0 y 1) y transmitirlos por las redes».
Por último, planteó que la plataformización consiste en «infraestructuras digitalizadas que conectan un público de oferentes y otro de demandantes o usuarios de cierto servicio. La forma que adopta es la de intermediación, siendo el principal objetivo la captura, agregación y resignificación de datos digitales cuya organización es el modelo de negocios de los grandes oligopolios de internet: Google, Amazon, Facebook, Uber y Airbnb».
Durante su intervención, Miguez apuntó que las plataformas son capaces de apropiarse de los trabajos convencionales que existían antes y, además, capturan todo el tiempo de actividad humana: «Casi todos las acciones pueden ser incorporadas a un proceso de plataformización, valorizadas y monetizadas». De todas formas, valoró que «hay que distinguir que no todo es trabajo» y que hay que tener esto en cuenta a la hora de discutir la plataformización del trabajo.
La instancia finalizó con un espacio de intercambio en la que las personas presentes preguntaron a la y los expositores sobre sus presentaciones y reflexionaron en torno a los conceptos compartidos durante las oratorias.