Los proyectos de las dos escuelas de verano que forman parte del departamento, buscan a través de los juegos tradicionales y algunos creados por los propios niños, abordar diferentes temas académicos, lúdicos y de expresión, con el fin de generar espacios de creatividad y recreación.
Las escuelas participantes son la escuela Nº18 “Juan Zorrilla de San Martín”, y el Jardín de Infantes N°46, ambos centros educativos ubicados en la ciudad de Trinidad, en Flores, y reciben a unos 140 niños aproximadamente. En cada uno de los centros educativos asisten entre 60 y 70 niños.
El proyecto de la escuela N°18 se denomina “Juntos Podemos, verano de música, juegos y cantos”, e incluye actividades de piscina, inglés de Ceibal, y junto a INAU y Mides trabajan en la huerta una vez a la semana. A lo largo del desarrollo de la propuesta se llevan a cabo algunas acciones de forma puntual y otras son sorpresa para los más pequeños. El objetivo es que todas sean motivadoras y divertidas. Las mismas se desarrollan a través de juegos de motricidad básica y cooperativos, así como la práctica de deportes. La directora de la escuela de verano, Elga Weickrt, que tiene una larga experiencia en las escuelas de verano, señaló que estas experiencias son muy provechosas, tanto para la escuela, el hogar, las familias y los niños. Destacó además, “el apoyo y el respaldo de los inspectores”. Como parte del proyecto se incluye una visita a Grutas del Palacio y al Parque Bartolomé Hidalgo.
Por su parte, el proyecto de la escuela N°46, “Creamos juegos para desafiar el verano”, se enfoca en plantear un desafío y adaptar muchos de los juegos tradicionales como la rayuela, por ejemplo, y tantos otros, a cada edad. También sumaron juegos de mesa, generando diferentes actividades en el espacio y principalmente creando juegos nuevos con métodos de reciclaje, lo que les suma conocimiento y genera nuevas habilidades en los más pequeños. “Estos espacios me parecen muy importantes, los niños se nuclean e interactúan de otra forma, vienen con mucho entusiasmo. Más allá de los vínculos, es un espacio ya instaurado y se mantienen los mismos niños. Hay algunos que hoy están en sexto año que vienen desde que estaban en inicial”, contó la maestra directora, María Alejandra Condon, quien hace ya cuatro años que participa en las escuelas de verano. Asisten a esta experiencia niños de inicial hasta alumnos de sexto año de escuela.
El proyecto de este centro educativo tiene como objetivo desarrollar un escenario educativo alternativo, donde se generan nuevas oportunidades de aprendizaje con énfasis en una mirada competencial integrando habilidades cognitivas, académicas y socioemocionales. Los participantes también cuentan con actividades acuáticas en la piscina del parque y dentro de lo planificado está la visita al Ecoparque Tálice. El último día de la escuela de verano está planeado integrar a las actividades también a los adultos y familias para dar un cierre grupal e integrado a la experiencia.