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El libro «Territorios. Claves para entender el Uruguay de hoy» reúne aportes de referentes de la Udelar

El 8 de mayo en la sala Maggiolo de la Universidad de la República (Udelar) se presentó el libro «Territorios. Claves para entender el Uruguay de hoy». Bajo la coordinación de Gerardo Caetano y Ernesto Nieto, en esta obra aportaron sus enfoques 23 investigadores e investigadoras de distintas áreas.

Grupo CEO | Universidad de la República
Por Universidad de la República 9 de mayo de 2025 - 16:44

El libro fue publicado por Ediciones de la Banda Oriental, que lo presenta como una obra acerca de las transformaciones silenciosas en nuestro país en el siglo XXI, muchas de las cuales anidan en las claves del territorio: «además de procesos demográficos (como el de las migraciones internas o el de las inmigraciones externas), productivos y económico-sociales, otras transformaciones vienen cambiando los mapas del conocimiento del país y sus configuraciones culturales, trascendiendo la mirada montevideana o metropolitana que se mantiene aún como hegemónica».

En el evento de presentación, que fue moderado por el periodista Nicolás Batalla, hicieron uso de la palabra Alvaro Mombrú, rector interino de la Udelar; Rodney Colina, presidente de la Comisión Coordinadora del Interior de la Udelar y autor de uno de los capítulos del libro; Ernesto Nieto y Gerardo Caetano, investigadores de la Udelar y coordinadores de la obra; y Judith Sutz, autora de uno de los capítulos junto con el ex rector de la Udelar Rodrigo Arocena.

Uruguay heterogéneo

Mombrú señaló su alegría por la publicación de este libro «sobre un tema que nos moviliza» y expresó que tanto sus coordinadores como las y los autores son «académicos de primera línea». Este texto incluye los valiosos enfoques e ideas de numerosas personalidades cuyo peso académico seguirá creciendo, afirmó, «estoy seguro que con los años este texto va a concitar mucha atención».

Por su parte, Nieto se refirió a los eventos disparadores de esta obra: «fueron dos circunstancias combinadas que se dieron en el aula, por zoom, de la Udelar del interior», explicó. Durante la pandemia, junto con Caetano, diseñaron un curso dirigido a estudiantes de la sede Salto de la Udelar y en sus clases encontraron que había participantes provenientes de ocho departamentos diferentes del interior del país. Esto llamó la atención de los docentes. Además, durante el curso uno de los estudiantes sufrió la muerte de un familiar por COVID, lo que motivó un intercambio en profundidad sobre las experiencias que nuestra sociedad vivía en aquel momento. Este curso dejó a los docentes «la sensación de que teníamos la tremenda oportunidad de contribuir para que las nuevas generaciones reflexionaran sobre lo que está pasando». También pudieron reconocer que, si bien Uruguay es pequeño, «es más diverso de lo que en general entendemos».

En tanto, Caetano señaló que el libro «partió de la convicción de que el país ha cambiado fuertemente y de que los mapas que tenemos para entender esos cambios son, en buena medida, atrasados». Agregó que «comprender es elegir y seleccionar» y que «el territorio nunca es el mapa». Sostuvo que Uruguay sigue siendo un país muy centralizado, a pesar de esfuerzos en sentido contrario como el de la Udelar. Sin embargo, la necesidad de descentralización «todavía no ha sido incorporada suficientemente por nuestras disciplinas», planteó, «seguimos pensando que el Uruguay es homogéneo». Incluso las políticas públicas no adoptan una perspectiva territorial, observó.

Caetano agregó que los diferentes capítulos de este libro abordan temas diversos tales como las migraciones, los cambios en la población debido a pautas demográficas diferentes; la heterogeneidad en los territorios en el terreno productivo, en la educación, en el mundo del trabajo, en la seguridad o en la labor periodística. Tenemos la noción equivocada al considerar «Montevideo y el interior» cuando en realidad debemos reconocer «interiores», expresó.

Condiciones y condicionantes

Por su parte Sutz explicó que en su capítulo se enfocaron tres ejes: «lo que cambió, lo que no cambió y lo que nos pasó». Entre las transformaciones de los últimos años en nuestro país, resaltó las que se dieron en la demografía, en la producción y en el acceso a la educación terciaria. En relación a «lo que nos pasó», destacó por una parte la pandemia y por otra, los cambios en la forma en la que nos informamos. Respecto a las circunstancias que no cambiaron, sostuvo que «una es que seguimos siendo una democracia plena» y la otra es nuestra condición periférica: «en Uruguay seguimos sin incorporar conocimiento y capacidades avanzadas a la producción, seguimos teniendo una economía dependiente de los avatares a los que nos somete el mundo». Además, la condición periférica se vincula con el poder y la subordinación, explicó.

La investigadora se refirió a los efectos de la pandemia: por un lado provocó frustración y desesperación en los más jóvenes y por otro, motivó la respuesta ejemplar de nuestro sistema científico, lo que evitó tragedias mayores. En dicha respuesta Sutz identificó «solidaridad y eficiencia» y sostuvo que quizás estas sean las claves para articular una estrategia de desarrollo desde lo micro hasta lo más macro. «De alguna manera durante la pandemia la condición periférica fue agujereada, pero volvió a cerrarse el agujero», reflexionó.

Mayor inversión y diversificación de fondos para la investigación nacional

Colina expuso sobre el capítulo de su autoría titulado «Ciencia y tecnología en el Uruguay. Una mirada desde el interior del país». Sostuvo que en este abordaje es necesario tener en cuenta procesos como la última dictadura cívico militar, que prácticamente destruyó el incipiente desarrollo científico tecnológico con el que contaba el país. Señaló que en años previos a «ese periodo nefasto» este desarrollo era comparable al de los países de la región, Uruguay contaba en ese entonces con instituciones de preponderancia como el Instituto Clemente Estable y el Instituto de Higiene, entre otras muy importantes.

Señaló que en esta área, Uruguay comenzó a descentralizarse alrededor de 30 años atrás y que «no podríamos haber respondido a la pandemia de la forma que lo hicimos si no hubiera existido una estructura previa pensada, no solo en el interior sino también en Montevideo».

En cuanto al futuro, Colina señaló que hoy el país «tiene capacidades muy potentes pero todavía en masa crítica somos muy limitados». Para el investigador esto no se debe principalmente a la escasa población y al tamaño del país sino a la pobre inversión de Uruguay en CyT, que continúa siendo de las más bajas de América Latina. Lamentó la falta de comprensión de que «el avance científico tecnológico permite no solo el desarrollo del país en cuanto a su soberanía, sino también a la proyección en un mundo en el cual la tecnología avanza a pasos agigantados y nadie nos va a esperar».

Sostuvo que Uruguay debería tomar como modelo las acciones de los países desarrollados, lo que requiere inversión y compromiso político de mediano y largo plazo. Citó como ejemplo el caso de Brasil que generó becas para realizar doctorados y posdoctorados en el exterior dirigidas a estudiantes brasileños, quienes a su regreso al país se insertan laboralmente tanto en el Estado como en las diversas áreas de la matriz productiva. Para Colina otra condición de los países centrales que se debería imitar, es que no solo se desarrollan en las capitales sino «en todo el territorio», donde funcionan instituciones educativas y de investigación y se apuesta muy fuertemente a la ciencia.

Agregó que en CyT estos países impulsan la formación de recursos humanos de excelencia y la inversión pública y privada en desarrollos concretos. En cambio, en Uruguay casi el 80 % de la investigación nacional se financia con fondos públicos. «Los avatares políticos de los gobiernos de turno nos pueden llevar a avances o retrocesos importantes y creo que ese es un tema que debemos calibrar a la hora de proyectarnos en el futuro», afirmó. «Falta mucho para contagiar y para generar emprendimientos de gran porte en el ámbito privado, que también serían necesarios para lograr saltos cualitativos en el corto y mediano plazo», concluyó.

Finalizadas las ponencias se abrió un espacio de intercambio.

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