Para ello, se propone la implementación de estrategias que promuevan la salud mental, prevenir, reducir la morbimortalidad y discapacidad de las personas con trastornos mentales; brindar una atención de calidad, basada en los derechos humanos, perspectiva de género y generaciones, atendiendo las desigualdades, centrada en un modelo comunitario e intersectorial del proceso de atención.
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