Llanes dedica tiempo a interesarse por las historias de vida entretejidas con estas construcciones que fueron características del campo uruguayo.
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SUSCRIBITEEn la Casa de la Cultura se llevó a cabo la charla de Fernando Llanes sobre “Las taperas que rodean nuestra comarca y sus familias”.
Llanes dedica tiempo a interesarse por las historias de vida entretejidas con estas construcciones que fueron características del campo uruguayo.
El objetivo es hacer visible a los primeros pobladores del lugar por lo que recurre a fotografías que registran dónde vivían.
La definición de lo que ocurrió se hace en base a testimonios de residentes o familiares directos de quienes vivieron en ellas.
El término tapera se emplea para referirse a una casa o un rancho en ruinas y abandonado.
Constituye un rincón de la memoria rural en medio del avance del tiempo.
Historias
En el portal Pandeazúcar.net.uy se encuentran algunos resultados de la investigación hecha por Llanes.
Por ejemplo allí se refiere a una ermita hecha en memoria de un hombre de apellido Bustamante, cercana a donde en su momento funcionó una pista de carrera de caballos.
Los pobladores del lugar contaban que un equino de su propiedad ganó una carrera donde se había apostado dinero.
La alegría generada al dueño le habría provocado un paro cardíaco por el que falleció en el lugar.
Los familiares y vecinos, construyeron la ermita para recordarlo debido a que era muy apreciado en la zona.
Un lugar de interés es la tapera de Gilberto Nuñez Elizalde que estuvo casado con Basilia Alonso y que data de mediados del siglo 19.
El matrimonio tuvo ocho hijos cuyos nombres incluían María, porque la madre era devota de la Virgen.
Próxima a la construcción existió una cantera de piedra de cal y bloques trabajada primero por Sarubbi y después por Gilberto Nuñez (hijo).
Gilberto era hermano de Félix Núñez, primer maestro de la primera escuela rural cerca del Paso del Molino, luego de la Calera del Rey.
Otra tapera era la de Ángel Custodio Pérez (Manate) casado con una de las primeras maestras de la escuela de la Calera del Rey, Maria Dolores Vilizzio (Lola).
Allí hubo un almacén de ramos generales.
En los Altos del Sauce, a fines del siglo 19 se hallaba la tapera de la familia De los Santos.
En la construcción se criaron solas con sus hijos las hermanas Adela y Venecia.
Por el 1890 amasaban su propio pan, plantaban la tierra para consumo propio y girasol para la venta.
Adela tuvo dos hijos Pablo y Jacinta; y Venecia tres llamados Felipe, Maria y Elena, todos con el apellido de sus madres.
No fueron a la escuela porque les quedaba lejos y aprendieron a leer y escribir con un vecino.
Estaban a 15 kms. de Pan de Azúcar y cuando tenían que ir a la ciudad lo hacían a pie, cortando campos y luego por un camino vecinal.